Fraude digital en la industria financiera: un juego de gato y ratón
Publicado por Augusto Narváez, Senior Product Marketing Manager de Appgate. em 24/02/2025 em ArtículoEn 2024, la industria financiera ha sido uno de los sectores más afectados por el aumento de los ataques digitales.
Por: Augusto Narváez, Senior Product Marketing Manager de Appgate.
En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, los cibercriminales no se quedan atrás. En 2024, la industria financiera ha sido uno de los sectores más afectados por el aumento de los ataques digitales, con un crecimiento alarmante en la sofisticación y frecuencia de los incidentes. Según datos del Centro de Operaciones de Seguridad (SOC) de Appgate, el 86% de los ataques registrados fueron intentos de phishing, seguidos por el uso de redes sociales falsas (12%) y la explotación de aplicaciones públicas (15%).
Estos números reflejan una tendencia preocupante: los ciberdelincuentes están explotando cada vez más la confianza de los usuarios en plataformas digitales para acceder a información confidencial, manipular identidades y comprometer sistemas financieros críticos. Pero ¿por qué estos ataques están siendo tan efectivos?
Phishing: el engaño perfecto
El phishing sigue siendo el rey de los fraudes digitales. Con el uso de inteligencia artificial, los atacantes pueden personalizar sus correos electrónicos y mensajes para hacerlos casi indistinguibles de comunicaciones legítimas. En el sector financiero, esto se traduce en correos falsos de bancos que redirigen a los clientes a sitios fraudulentos donde ingresan sus credenciales sin sospechar nada.
La confianza es la clave del phishing. Cuando un usuario recibe un mensaje que aparenta provenir de su banco, con un tono de urgencia y un enlace aparentemente legítimo, la reacción instintiva es hacer clic. La industria financiera necesita invertir en educación y detección avanzada para contrarrestar estos ataques antes de que los clientes caigan en la trampa.
Redes sociales falsas: suplantación de identidad a gran escala
Las redes sociales han pasado de ser un canal de interacción a una herramienta de ataque. En Latinoamérica, especialmente en Argentina, Brasil y Ecuador, los estafadores han perfeccionado la creación de perfiles falsos que imitan a bancos, ejecutivos financieros y asesores de inversión. Estos perfiles se usan para difundir información engañosa, redirigir clientes a portales fraudulentos y manipular decisiones financieras.
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El desafío aquí es la velocidad. Un perfil falso puede atraer cientos de víctimas en cuestión de horas antes de ser detectado y eliminado. Por ello, las instituciones financieras deben fortalecer sus estrategias de vigilancia y colaboración con las plataformas sociales para desmantelar estas redes antes de que causen daño.
Explotación de aplicaciones públicas: una brecha en la seguridad
Con la digitalización de los servicios financieros, las aplicaciones móviles y plataformas en la nube se han convertido en un blanco prioritario para los atacantes. La explotación de configuraciones inseguras en aplicaciones públicas fue responsable del 15% de los ataques en 2024, un número alarmante si consideramos que estas vulnerabilidades pueden ser aprovechadas para acceder a datos bancarios sensibles.
La respuesta no puede ser reactiva. Es necesario adoptar un enfoque de “seguridad por diseño”, garantizando que cada aplicación, portal web o API que utilizan cumpla con los más altos estándares de protección. Además, la detección de actividades sospechosas en tiempo real se vuelve un pilar fundamental para anticiparse a posibles brechas de seguridad.
¿Cómo puede responder la industria financiera?
El fraude digital no es un problema estático, es una carrera armamentística en la que la industria financiera debe mantenerse siempre un paso adelante. Algunas estrategias clave incluyen:
1. Inteligencia Artificial para la detección de fraudes: así como los atacantes usan IA para perfeccionar sus tácticas, las entidades financieras deben utilizar modelos de aprendizaje automático para identificar patrones sospechosos y mitigar ataques antes de que generen pérdidas.
2. Educación y concienciación del usuario: un cliente bien informado es menos propenso a caer en engaños. Las campañas de prevención deben ser continuas y enfocadas en los métodos de fraude emergentes.
3. Monitoreo y respuesta en tiempo real: no basta con reaccionar cuando el daño está hecho. La implementación de tecnologías que permitan detectar anomalías en tiempo real es clave para la seguridad del sector.
El 2024 ha sido un año de grandes desafíos para la ciberseguridad en el ámbito financiero. Pero con una estrategia proactiva y el uso de tecnologías avanzadas, las organizaciones pueden hacer frente a estas amenazas y proteger a sus clientes de los peligros del fraude digital.